TRUJILLO LA CAPITAL
Desde una perspectiva histórica, Trujillo ha sido desde sus inicios una de las grandes ciudades del Perú. Si bien obtuvo su opulencia y esplendor coloniales gracias a la explotación agrícola fue también esta misma actividad la causante de un prolongado estancamiento y retracción: al establecer las haciendas grandes centros poblados en el campo, con todo lo necesario para el sustento, la vida citadina se vio falta de rentas y adormecida, aunque sin perder su ambiente reposado y su tradicional señorío.
Sin embrago en los últimos 60 años se ha ido afianzando un impulso renovador que está transformando a la ciudad de las casonas tradicionales en una urbe moderna, comercial e industrial, que conjuga las modernas líneas urbanas con los historiadores muros del pasado.
Diversos historiadores coinciden en señalar a don Diego de Almagro, como el fundador de ésta ciudad (por ello una calle tiene su nombre). Se dice que recorriendo los valles de la costa, al llegar al río Moche comprendió que sería ventajoso instalar allí una ciudad que sirviera de enlace entre Lima y San Miguel de Piura, y la estableció el 6 de Diciembre de 1534 (en terrenos donados por el cacique Chimor) con el nombre de Trujillo, en honor de la tierra nativa de su socio, Francisco Pizarro. Éste completó con posterioridad los detalles pendientes de la ceremonia de fundación e hizo oficial el nombre de la nueva población: "Ciudad de Trujillo de Nueva Castilla".
Desde su fundación residieron en Trujillo muchos y muy notables conquistadores, y dada la nobleza y calidad de sus vecinos, el emperador Carlos V le otorgó el título de "Nobilísima Ciudad de Trujillo", por real cédula del 7 de Diciembre de 1537.
En 1619 un terremoto destruyó por completo la ciudad y su reconstrucción tomó cerca de 20 años, iniciándose una época de auge que culmina con la edificación, en 1687, de una muralla de protección alrededor de Trujillo, por orden del virrey Melchor de Navarra y Rocafull, duque de la Palata. Diseñada por el italiano Joseph Formento, incluía dentro de sus límites el lugar de acopio de agua (hoy la plazuela del Recreo, en donde se ha ubicado la antigua pileta de hierro forjado que se hallaba inicialmente en la plaza de Armas) y numerosos campos comunales o ejidos, que con sus huertas y granjas garantizarían la alimentación de la población en caso de un posible asedio.
Puntos de referencia de esta etapa son la fundación del seminario y colegio de los jesuitas en 1624 y el establecimiento de los betlemitas en 1627. Del mismo siglo es la iglesia de la Compañía , muestra del renacimiento manierista, y son posteriores los policromados y la pintura mural.
Hacia 1790 el plano mandado a confeccionar por el obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón nos da una visión exacta del área urbana ocupada. Las antiguas ventanas voladas con balaustres de madera son reemplazadas por rejas de hierro forjado con dibujos y remates en bella crestería, que hoy caracterizan la fisonomía urbana trujillana, junto con balcones y cancelas.
Ya en la etapa republicana se produce un desbordamiento de la población a lo largo de los caminos que parten de las portadas de Miraflores y de la Sierra.
Hacia 1916 la muralla ha desaparecido y a partir de la década del 40 se produce la aparición de los denominados barrios marginales, que posteriormente adquieren caracteres explosivos.
La ciudad de Trujillo, calificada como "alivio y reposo de caminantes", fue la primera ciudad del Perú que recibió escudo de armas (1537) y la única a la que José de San Martín denominó "la benemérita y fidelísima de la patria". Hoy ostenta nuevos títulos, tales como "Capital de la Primavera", "Capital de la Marinera" y "Capital Cultural del Perú", debido a la variedad de eventos que en ella se desarrollan, incluyendo un festival internacional de ballet y una bienal de arte contemporáneo.
En la plza de Armas, considerada una de las más grandes del país entre las diseñadas por los conquistadores, destaca el monumento a la Libertad, labrado en travertino por un escultor alemán, objeto de duras críticas por la peculiaridad de su concepción. En ésta plaza se ubican, igualmente, los locales de la Municipalidad, la Prefectura, el Palacio Arzobispal y la Catedral.
Trujillo tiene el privilegio de contar, a muy corta distancia, con balnearios de atractivas playas, tales como Buenos Aires (a 4km.), Las Delicias (a 7km.) y Huanchaco (a 14km.)
